De la levedad del ser y otras motivaciones
Tiempos como este son los que hacen que
mucha gente se retraiga de escuchar e involucrarse en la política. Promesas de
un lado y otro, deseos de superación y entrega para convencer a la sociedad de
definirse por una opción y otra. La verdad es que nuestra historia personal es la
que al final define qué haremos en las casillas o en cada decisión que tomamos
todos los días: “me voy por este camino o este otro”, “desayuno o me espero
allá”, “iré a la reunión o me abstengo”, “les haré una sopa para comer o pongo
a cocer frijoles”… cada minuto tenemos que tomar decisiones y el hecho de que
así sea no nos hace apáticos a la vida, ¿o sí?
La realidad es que la política como todas
aquellas cosas que requieren un compromiso individual causan cierto rechazo en
las personas, ¿porqué? Aquí actúan la levedad contra la pesadez de las que
habla Milán Kundera en su libro La insoportable
levedad del ser. Me explico: hace
unos días alguien me preguntaba si no era cansado trabajar en temas de educación
ambiental y respondí que definitivamente sí. Todo el día, todos los días me pregunto
de qué manera puedo ayudar a que las personas perciban como suyo el espacio en
el que viven; no hablo de su casa específicamente, sino de su entorno, del
jardín de enfrente, de la calle con baches, de la glorieta que cruzan todos los
días, incluso de la casa del vecino, es decir, de todo lo que ven. Las personas tienden a
rechazar todo esto por lo pesado que se vuelve cargar con la responsabilidad. Bastante
trabajo cuesta hacerse responsable (si es que se hace) de las decisiones
propias, mucho más las que no nos afectan directamente, y es entonces cuando nos
llega la levedad, cuando nos alejamos para no sentir o ver, cuando nos
desentendemos y le dejamos a los demás las decisiones a tomar.
No es difícil sentirse así estando la
situación del país como está: corrupción, inseguridad, violencia, mala
economía, falta de oportunidades y empleos dignos, daños al ambiente, etc. Evidentemente
se necesita un escape del mundo exterior, dejar la pesadez que nos provoca y
conocer un poco más el interior. Aunque ese también tenga sus propias fobias. Aquí
el punto es tener presente qué es lo que nos hace sentir felices.
Aunque suene a libros de superación personal,
la realidad es que si no conocemos lo que nos hace felices, difícilmente
tendremos de donde agarrarnos cuando la pesadez se multiplique. La levedad
tiene la magia de que todo lo vuelve sencillo: 0 compromiso, 0 responsabilidad,
0 preocupaciones, todo fluye dejando a los otros tomar nuestras decisiones , con
sus efectos colaterales de los que nunca nos responsabilizamos.
Lo duro de la vida es vivir entre la pesadez y la levedad, vivir entre conflictos elegidos y disfrutarlos. No hay etapas buenas sin las malas, no hay decisiones buenas sin las malas, no hay bien sin mal. Lo interesante de todo esto no es lo maniqueo del asunto, sino la capacidad de poder asumir la responsabilidad de este compromiso diario y elegir nuestros propios conflictos. Hay que hacer camino al andar, como dice el poema de Antonio Machado.
Lo duro de la vida es vivir entre la pesadez y la levedad, vivir entre conflictos elegidos y disfrutarlos. No hay etapas buenas sin las malas, no hay decisiones buenas sin las malas, no hay bien sin mal. Lo interesante de todo esto no es lo maniqueo del asunto, sino la capacidad de poder asumir la responsabilidad de este compromiso diario y elegir nuestros propios conflictos. Hay que hacer camino al andar, como dice el poema de Antonio Machado.
Caminante, no hay camino, se
hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás se
ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino sino
estelas en la mar.
Galeano se preguntaba porque vivimos con los dientes apretados, nomás aguantando, México es lo que podríamos decir un Estado Fallido, nadie cree en ninguna institución en ninguna autoridad, sabemos que son corruptas, sabemos que no cumplen. ¿Por qué hay tanta pasividad?,¿ Por qué somos tan irresponsables con el hecho de que ellos al final formaron parte de una familia colimense o que cualquiera que estuviere en su lugar haría lo mismo, ¿por qué esperamos siempre que alguien más haga las cosas? ¿Cuánto tiempo más vamos a escapar?
ResponderBorrarSon preguntas que me hago todos los días y no me absuelvo, son pecados comunes soy como el hombre superfluo, pero ahora más que nunca, siento que estoy saliendo de platea y que sumaré un esfuerzo significante para cambiar.
La levedad del ser es un libro imprescindible, que bueno que lo contemplo en este blog y sirva con punto de partida, exhorte al entendimiento de que somos y que queremos (interiorizar), tomar decisiones y hacernos responsables.
El texto me hace reflexionar sobre nuestra libertad, viviendo en una sociedad donde el modelo mayoritario exige ser lo que no somos, exige tener ciertas facciones, cierto peso, cierta altura, determinado color de piel, posesiones, fama, dinero ¿Tenemos libertad para solo ser felices?
ResponderBorrarDefinitivamente podemos hacer mucho por nuestra felicidad, el problema creo es que estamos sobre-expuestos a una negación e ignorancia de nosotros mismos, a una desconexión a nuestras emociones, a nuestra identidad, a nuestro pensamiento y voz interior. Pasar la vida tratando llenar expectativas macabras e inalcanzables es lógico que causa querer escapar de la realidad, ya sea teniendo poder, apagando el cerebro con el abuso de alguna sustancia o volviéndonos robots automatizados del trabajo.
Curiosamente justo en lo que puede parecer pesar para algunos, el ayudar, luchar por el bienestar de otras personas y otros seres vivos, me parece es donde podemos encontrar mucha felicidad y satisfacción personal, porque es un encuentro con uno mismo, reconociendo que todos somos uno mismo.
Es verdad que el compromiso lleva consigo una desazón que nos hace sentir menos libres, pero la realidad es que es imposible vivir completamente libres, y es lo que plantea el libro , que por cierto es muy de mi agrado, si no le damos un poco de pesadez a nuestras vidas entonces le quitamos todo sentido y en mi opinión desaprovechamos muchas de nuestras capacidades , pues las grandes acciones siempre requieren de un compromiso. Pero es importante también hacer notar que la gente no quiere involucrarse en temas políticos porque se sabe la calaña de buitres que merodean en esos ambientes. Sin embargo es necesario si se quiere lograr un cambio sustancial en el país.
ResponderBorrarMuchas veces es muy cómodo que los demás decidan por nosotros, pero al momento de que ha nosotros se nos incluye en las consecuencias de esas decisiones es cuando surgen preguntas verdaderamente interesantes hasta que punto podemos actuar es el momento en el que nuestra existencia debe de tomar su responsabilidad y no simplemente optar por un camino fácil pero que al final ese camino no es nuestro, no es lo que verdaderamente nosotros deseábamos.
ResponderBorrarTomar decisiones, como bien lo decías, es una acción diaria que sin duda pasa como algo cotidiano y casi sin sentido, al menos de manera personal, no me había puesto a pensar que hasta decidir que pantalón ponerme hoy o a qué hora levantarme son el inicio matutino de una serie de preguntas por el resto del día, por toda nuestra vida. Para el sentido de la responsabilidad, toda decisión es importante, puesto que hasta optar por una manzana en lugar de unas frituras podría traernos beneficios casi imperceptibles con el paso del tiempo. La realidad es que la vida está hecha de decisiones y sus consecuencias, todo lo que somos ahora es producto de un sinfín de decisiones que tomamos atrás, todo ha sido por nuestra motivación de hacer cosas o no. La política y sus decisiones considero es un tema amplio para debate, pero es, sin duda, el más alto nivel de tomar decisiones, puesto que damos la oportunidad a un o unos, de hacer con nuestra vida lo que decida, ya que esas personas designarán desde el agua que tomamos, casi hasta lo que podemos ver en internet o no. Aquí la importancia de razonar nuestras decisiones, todas.
ResponderBorrarTiempos como este, tiempos como hace dos años, como hace diez años, tiempos como muchos tiempos nos hacen perdernos en la levedad, olvidar la pesadez. Bueno, lo que está pasando justo ahora en el 2014 con los normalistas, sumado a toda la historia que venimos cargando, es para que estuviéramos ya haciendo una revolución, pero existe un proceso descrito desde la psicología social que se llama disonancia cognitiva, que en pocas palabras nos lleva a elegir el camino de la levedad.
ResponderBorrarHe pasado por muchas fases en lo personal, en una de ellas fui activa en contra de las injusticias, participaba con acciones en la vida real y no publicando frases bonitas en una red social. Pero llega un punto en el que uno crece y se da cuenta que ese camino no está dando resultados, y piensa ¿ahora qué? ¿qué sigue? ¿por qué sólo unos cuantos estamos aquí? ¿por qué algunos de los más activos ahora forman parte de aquello contra lo que luchaban?
Y uno se da cuenta de que todo es una faramalla, y hay que tratar de ser creativos, buscar otros caminos, para empezar hay que prepararse mejor para tener mejores argumentos, informarse, y después no sé. Sigo buscando la manera de no perderme en la levedad.
Nosotros somos responsables de nuestros actos y elegimos lo que queremos aun no sabiendo si es bueno o malo tenemos esa bendita ignorancia de siempre hacer o mas fácil o por un decirle ver lo mas bonito , lo que no nos hace ver mas hay de nosotros mismos es la pesadez como usted lo menciona , la perece , la flojera infinidad de nombres le podemos dar a la pesadez en fin nosotros mismos somos los que nos limitamos de tantas cosas que hay que hacer por la sociedad y el medio ambiente y siempre estamos esperado que decidan por nosotros y precisamente por evitar la fatiga de hacer algo , por eso México esta como esta , corrupción, violencia , contaminación por personas así es pasa esto basta ya de que decidan por nosotros piensa que quieres tu y que quiera para tus futuras generaciones , por que al tomar cualquier decisión la estas tomando en el presente y en un futuro ....
ResponderBorrarFTS 1A
Nunca hay que esperar a que otras personas (figuras públicas tomadoras de decisiones) hagan lo que nosotros queramos y que consideremos un bien por la comunidad. Todos somos responsables de nuestras acciones y debemos comenzar por pequeñas acciones que demuestren un mejor camino, ir sumando esfuerzos, acrecentar la unión y el trabajo colectivo y, si bien nos va lograremos buenas cosas en beneficio de nuestra sociedad, pero sobre todo en beneficio al medio ambiente. Es verdad, es difícil, y más aún por un País como el nuestro, donde la corrupción, la pobreza y la desigualdad social no se hacen esperar. Todo es posible con la unión y el liderazgo.
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