Entre el Día Internacional del Agua y Goethe

Este 22 de marzo se celebra no sólo el Día Internacional del Agua, sino también el aniversario de la muerte de uno de los más grandes poetas de todos los tiempos: Johann Wolfgang von Goethe. He aquí uno de los poemas que bien podría reflejar las ansias e impaciencia con la que a veces actuamos los seres humanos, ante las maravillas que brinda la naturaleza, siendo tales nuestras ganas por querer siempre tener aquello que admiramos, que en un impulso lo perdemos.




Hinchada el agua, espumajea,
mientras sentado el pescador
que algún pez muerda el anzuelo,
plácido aguarda y bonachón.

Anteriormente se consideraba que el agua era un recurso infinito, pero actualmente y, según la UNESCO, el 97,5% del agua que existe en el mundo es demasiado salada para utilizarse y sólo podríamos tener acceso a agua para beber en un 0.26%, por que el resto está congelada o se encuentra a grandes profundidades de la Tierra.

De pronto la onda se rasga,
y de su seno-¡oh maravilla!-
toda mojada, una mujer
saca su grácil figurilla.

Se han publicado estudios que indican que a diario mueren alrededor de 6.000 niños por enfermedades causadas por la falta de higiene en el agua. “Las enfermedades relacionadas con el agua matan a un niño cada siete segundos", dijo Kofi Annan, ex Secretario General de la ONU. De tres a cuatro millones de personas mueren cada año por enfermedades transmitidas por bacterias y virus en el agua que beben. La frase “el agua es vida” está ahora en entredicho, pues eso sólo sucede cuando ésta reúne las condiciones necesarias para su consumo, la calidad del agua es uno de los problemas por resolver.

Y con voz rítmica le increpa:
-¿Por qué, valiéndote de mañas,
hombre cruel, tiras de mí
para que muera en esta playa?

Enfermedades como tifus, cólera y diarrea son aún muy frecuentes en África, el Caribe y también en América Latina. Desgraciadamente es muy difícil que dichas enfermedades se puedan prever, pues los habitantes de esas regiones toman la única agua que tienen y muchas veces proviene de charcos en la calle, aljibes o tuberías que transportan el agua sin esterilizar y lamentablemente no tienen otra opción.

¡Si tú supieras qué delicia
allá se goza bajo el agua,
tal como estas te arrojarías
al mar, dejando en paz la caña!

Por otro lado, si se supone que el ciclo del agua nos permitiría contar con este recurso indefinidamente (considerando que desde hace aproximadamente 3,000 años tenemos la misma agua reciclándose todo el tiempo), entonces porqué tenemos problemas de disponibilidad. Pues esto se debe no sólo al aumento de la población, sino también a la gran cantidad de contaminantes que se descargan día a día no sólo en el mar, sino en cada río que llega contaminado a los océanos: ya sea con residuos industriales, arsénico (compuesto extremadamente tóxico que en grandes cantidades llega a ser cancerígeno), basura, metales pesados diluidos (plomo principalmente), aguas negras o servidas (es decir, con excrementos), etc.

¿No ves al sol, no ves la luna
como en las ondas se recrean?
¿Doble de hermosos no parecen
cuando en las agujas se reflejan?

Se podría decir que una de las formas para resolver esos problemas es mejorando la distribución del agua, la cual se realiza por medio de los sistemas de agua municipales y también llevando agua embotellada -a veces gratis- a lugares alejados (lo que implica después un problema con los plásticos que terminan en el mar como basura). Por ello es necesario mejorar dichos mecanismos de distribución, pues es claro que algo no funciona bien, cuando millones de personas todavía tienen que tomar agua contaminada porque no tienen otra opción.

¿No te seduce el hondo cielo
cuando su azul, húmedo muestra?
Cuando este aljófar lo salpica,
¿del propio rostro no te prendas?

La reutilización representa también una alternativa, pues el agua limpia y la que está en las alcantarillas se compone de las mismas moléculas, pero la diferencia está en que también se transportan en esas mismas moléculas otros organismos dañinos. A pesar de ello, el agua se podría reutilizar perfectamente por medio de su ciclo natural, si tan sólo nosotros devolviéramos a la naturaleza el agua que usamos sin tantos contaminantes, de manera que pudiera ser limpiada en su mismo proceso natural.

Hinchada el agua, espumajea,
del pescador lame los pies;
siente el cuidado una nostalgia,
cual si a su amada viera fiel.

Usar racionalmente el agua es un concepto que no ha sido del todo entendido actualmente, pues conlleva a respondernos la pregunta: qué es lo verdaderamente necesario en nuestra vida, cuál es la diferencia entre una ducha de 10 o una de 40 minutos o más; cuál es la diferencia entre lavar el auto con una cubeta o con manguera o limpiar la entrada de nuestra casa con una escoba o con agua. Todo ello implica sacrificar comodidad, estar dispuesto a sufrir un poco las incomodidades de un estilo de vida sustentable, que finalmente nos dejaría seguir disfrutando y contemplando todo aquello que nos permite vivir, sin necesidad de perderlo.

Cantaba un tanto la sirena,
todo pasó en un santiamén;
tiró ella de él, resbaló el hombre,
nunca más se dejó ver.

Poema El pescador de Johann Wolfgang von Goethe